jueves, agosto 18, 2005

mandarinas

Una nena. Una nena de ciudad. Una nena de entre autos y edificios.
Pero también pura avidez, puro ojos la nena.
La primera vez que fue al campo, fascinada, se largó a correr. De repente paró en seco. Abriendo aún más sus enormes ojos abiertos, maravillada, incrédula, entre risas: -quién puso las mandarinas en el árbol?

2 Comments:

At 12:07 p.m., Anonymous Anónimo said...

mirona! qué lindura! anda tan dulcemente afilada estos dias que me paso el cuchillo por la lengua.

"puro ojos la nena": dicen que eso dijo la partera cuando salí a este mundo.

 
At 4:41 p.m., Blogger mirona said...

ale,
tanto le agradezco.
ahora, mi sembra que me tendré que continuar asustando con la complicitud, parecitud y misceláneas.
lo mismo le toca a usté.

 

Publicar un comentario

<< Home

Free counters
Free counters