profesor particular
Fin de clase (no de partida, por favor, no de partida). Retraso la salida: él se queda, lo convocan, lo envuelven, lo llenan de palabras. Mi amiga, también mi amiga lo requiere. Y yo que lo espero sin saber de qué vestirme. Si ni siquiera puedo mirarlo de tan muda la garganta, de tan verborrágicos los ojos. Pero no dejo de esperarlo. Lo espero porque no puedo hacer otra cosa. Sale, finalmente sale y yo parada, sonrisa estúpida, mirada en un más allá inverosímil, yo charlo con mis amigas. Qué otra cosa? Bajo las escaleras, siempre con ellas: mis amigas, entrampada en ellas, sostenida en ellas, a contrapelo de lo que quiero: interpelarlo. Pero, qué otra cosa? Baja atrás mío, habla con otro de los alumnos que lo acosan. Sigo bajando con mis amigas, hablando hasta el infinito, de la nada. Quiero darme vuelta, mirarlo de frente, de lleno, clavarle los ojos en los ojos (ahhh, 4 ojos observándose). Bajo escaleras, bajo, bajo. Paro. También ellas paran. Y él? No sé, no lo puedo mirar. No puedo ni mirarlo, preocupada en que me mire y me vea linda y deseable. Preocupada en que no note todos mis humores corporales que explotan. Sale de mi campo. No está más. Qué aburrido se vuelve todo. No más verborragia. Tengo que ir a otra clase. Inevitable pensarlo: toda la semana esperando este encuentro que se diluye, se diluye... Pero ahí nomás, aguijoneando, el deseo que se infla, engorda, se alimenta, fantaseando con la clase de la semana que viene...
Universidad de Buenos Aires.
Facultad de Ciencias Sociales.
Primer cuatrimestre 2003.
8 Comments:
Concuerdo.
Bien eliminada esa línea...
Como que mataba un poco el efecto, vio...
já! qué tipo atento!
... gracias!
quien no esperó hasta la clase que viene y hasta la otra y hasta la otra y hasta que desaparezca el cuatri del calendario sin poder decirle ni-una-palabra al profe (o al cumpa!)? después queda el pasillo, el bar o pedirle al destino que nos escriba en una hoja compartida en algún párrafo del cuento.
lal,
un poco de todo eso hubo sí. y en situación totalmente inverosímil el guión nos juntó un tiempo después. pero claro, otro tiempo, otra mirada... eso de ya las cosas no son lo que eran. bien distintas son.
ya lo habrá leído en lo de lolamaar: "el amor es concordancia"
amiga mia, creo saber de que hablas...
van,
con certecita, sabés.
qué hermoso post el de lolamaar
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