martes, enero 31, 2006

la cuenta

entro a la oficina. no está el café con leche en mi escritorio. entonces caigo en la cuenta.

desde hace aproximadamante un año, fecha en que instalaron el práctico y no menos elegante dispenser frío/ calor, mi jefe prepara, todos toditos los días, un café para mí, batido por su puño y con el sudor de su frente. a mi llegada el brebaje -café instantáneo leche en polvo- está en su temperatura justa. entonces, el tipo se sienta a mi mesa, charlamos un rato mientras terminamos sendos cafés, y luego se va con los vasitos vacíos a cuestas.

esta mañana no hubo café esperándome. llegó tarde el hacedor. esta mañana lo preparé yo. para mí sola, no vaya a ser que se malacostumbre.

5 Comments:

At 10:58 a.m., Anonymous Anónimo said...

Solo voy a decir que eso no es cierto:
Yo nunca me senté a su mesa.
;-)

 
At 1:08 p.m., Blogger marina k said...

me copa tu jefe. está bien que no le prepares café a la mañana para que no se mal acostumbre, pero podés sorprenderlo a cualquier hora con un cafecito humeante, como para charlar en la mitad del día y alivianar el tedio oficinista.
besos!

 
At 11:43 a.m., Blogger mirona said...

qué suerte tipen, que no me deje mentir. así voy a salir derechita...

lol,
es que sí, lo hago, que una maso ya sabe qué cositas tiene que hacer en pos de...

 
At 6:58 p.m., Blogger Lyon said...

Fea la actitud. No hay que dejar de hacer las cosas por si acaso algo. ¿Se entiende? Fea la actitud, repito.

 
At 10:33 a.m., Blogger mirona said...

lyon,
linda la suya de pasar por acá.
juego un poco, che, no lo digo seriamente, qué cosa...

 

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