martes, agosto 30, 2005

dios te oiga

A ver, no es cualquiera.
No es que viene Juancito de los Palotes y me tira la última máxima que acaba de elucidar.
Digo, sabe que cada una de sus palabras es escuchada con atención, rumiada, evocada, pensada, completada y quizás más luego, pronunciada a algún oído elegido que me quiera escuchar.

Y así, tan sueltito de cuerpo y a sabiendas, me manda: avanzá.
Dios te oiga y actúe, gordito.

clara/mente

en los días buenos quiero jugar a los rastris.
en los malos no te juego ni al ta te tí (ó, juguemos al zoológico: vos sos el león y yo la marmota).

profesor particular

Fin de clase (no de partida, por favor, no de partida). Retraso la salida: él se queda, lo convocan, lo envuelven, lo llenan de palabras. Mi amiga, también mi amiga lo requiere. Y yo que lo espero sin saber de qué vestirme. Si ni siquiera puedo mirarlo de tan muda la garganta, de tan verborrágicos los ojos. Pero no dejo de esperarlo. Lo espero porque no puedo hacer otra cosa. Sale, finalmente sale y yo parada, sonrisa estúpida, mirada en un más allá inverosímil, yo charlo con mis amigas. Qué otra cosa? Bajo las escaleras, siempre con ellas: mis amigas, entrampada en ellas, sostenida en ellas, a contrapelo de lo que quiero: interpelarlo. Pero, qué otra cosa? Baja atrás mío, habla con otro de los alumnos que lo acosan. Sigo bajando con mis amigas, hablando hasta el infinito, de la nada. Quiero darme vuelta, mirarlo de frente, de lleno, clavarle los ojos en los ojos (ahhh, 4 ojos observándose). Bajo escaleras, bajo, bajo. Paro. También ellas paran. Y él? No sé, no lo puedo mirar. No puedo ni mirarlo, preocupada en que me mire y me vea linda y deseable. Preocupada en que no note todos mis humores corporales que explotan. Sale de mi campo. No está más. Qué aburrido se vuelve todo. No más verborragia. Tengo que ir a otra clase. Inevitable pensarlo: toda la semana esperando este encuentro que se diluye, se diluye... Pero ahí nomás, aguijoneando, el deseo que se infla, engorda, se alimenta, fantaseando con la clase de la semana que viene...

Universidad de Buenos Aires.
Facultad de Ciencias Sociales.
Primer cuatrimestre 2003.

...

-vos, más que un ejemplo sos una advertencia.

viernes, agosto 26, 2005

destreza

Amasa la masa. La sala.
Corta cebollas tomates con exquisitez.
Ponesaca. Abrecierra.
Y sartén a la hornalla, sartén por el mango.
Prende horno. Presetea tiempos.
Habla por teléfono.
Me dice cosas.

En la penumbra, tras bambalinas, envuelta en nubesueño, yo sólo miro y veo hacer.

jueves, agosto 25, 2005

años de conocernos

llegué tarde a mi trabajo.
expliqué que me había quedado dormida.
mi jefe me miró. ni una mueca.
me volvió a mirar, sonrió.
-estás radiante, me dijo.

martes, agosto 23, 2005

películas

Hoy a las 5 de la tarde, en medio de la lluvia fria, decidí meterme en el cine. Me senté mojada. Vi la peli un poco ida, medio que a medias. Más contenta de estar en ese salón oscuro con su gran pantalla que de ver esa película en particular. Ir al cine para estar en el cine. Oscuridad, sonidos, imágenes tamaño baño, esa magia de silencio y templo.
Salí y ya seca me volví a mojar. Tomé el subte de vuelta, dentro de una película diferente a la que había visto. Extrañamiento de la cotidianeidad. Como cuando se está en una ciudad otra, no propia y las cosas se ven diferente y una anda más laxa.
Canturreaba en el subte y miraba a las personas y algunas me causaban intriga. Otras no. Pero algunas sí. Unas gentes me miraban a mí. Supongo que a algunas les causé intriga yo. Entonces, encabalgada en mi suposición, me erguí actriz y les actué un poquito, usando ciertos mohines o sutiles movimientos de manos y pelos o rítmicos dedos contra superficies. Un poco por la senda del exhibicionismo parece.
Parece que últimamente prefiero mi película particular.

dibujarse

Como si en algún lado una decisión, muy trabajosa y trabajada y supongo por ello, un poco enorgullecedora también. Como si en todo este tiempo, largo largo, la firme intentona de dibujarse algo. De dejar de borronearse tontamente.
Y si a dibujar algo se llega a los tumbos, a los traspieses, a la vuelta y vuelta, de pronto, tras tanto trazo, cierto dibujito un poco a punto, un poco al dente.

puente

como si lo que quiero para mi vida y lo que mi vida está siendo no fueran por carriles tan diferentes.
como si el discurso y lo vivido de repente congeniaran por medio del puente de la palabra.

lunes, agosto 22, 2005

mandarinas II

La mamá de la nena de ciudad estudiaba psicología.
La nena funcionaba como conejito de indias para todos los tests y para todas las amigas de su mamá.

- qué te gustaría ser si no fueras un ser humano?
- un perro
- por qué?
- porque son lindos.
- y qué te gustaría ser si no fueras ni un ser humano ni un animal?
- un televisor.
- por qué un televisor?
- para que todos me miren.

Suficiente.
La nena, ciertamente, una buena mandarina.

jueves, agosto 18, 2005

simona

Me tocaba las manos. Despacio, lentamente. Las acariciaba. Me había sacado el esmalte un rato antes y ahora me pintaba las uñas. Era hermosa. Yo miraba su piel blanca, más bien rosa y trataba de dilucidar su edad. Tuvo que entrar otro para que empezáramos a hablar. Le preguntó algo y escuché su acento. Un chiste ajeno nos permitió reir juntas y crear alguna complicidad. Me animé a preguntarle por su lugar de origen. Ucrania.
Ucrania. Rusia grande. Rusia fría. Rusia extraña. Rusia de incógnitas. Río Dnieper. Dubrovnik.
Yo soy morocha; mi apellido, tano. Mi abuelo materno se llamaba Simón.
Y mi piel es blanca, más bien rosa.

humor de perros

el mio.
hoy.
ufa.
que se callen.
ya.
silencio.
opas a los gritos.
exclamando.
me hartan.
sho esto, sho lo otro.
pletóricos de palabras estúpidas.
recitan calles jactándose de sus saberes urbanísticos.
se completan las frases, se alpauden unos a otros.
cacarean, histéricos.
a callar, marmotas.
a callar.

mandarinas

Una nena. Una nena de ciudad. Una nena de entre autos y edificios.
Pero también pura avidez, puro ojos la nena.
La primera vez que fue al campo, fascinada, se largó a correr. De repente paró en seco. Abriendo aún más sus enormes ojos abiertos, maravillada, incrédula, entre risas: -quién puso las mandarinas en el árbol?

martes, agosto 16, 2005

relajen

Ayer comida en mi casa. Ánimo cenante.
5 comensales. 2 parejas y yo: ausente mi marido, eternamente de guardia.

Por la tarde del mismo día, yo, ansias a cuestas, embarullé la madeja.
A la postre de la cena, 5 desmadejando el barullo de mi lana.
Tarde en la noche, 4 se fueron. 1 quedó contenta, lavando un poco, regando azalea nueva.

Hoy, la 1 despertó bien descansada, desoyendo el despertador, a las 10:30.
Mundo – opa morfola a las 11.
Fresca lechuga, a las tempranas 2 se expulsó hacia universos mejores.

domingo, agosto 14, 2005

Que averiados todos nosotros.
Heridas, cicatrices, llagas y llaguitas.
Ruidos y ruiditos.
Ecos. Murmullos.
Rumores tantos.
Y seguir teniendo ganas, por suerte, de poner una vez más el cuerpo y la jeta.

más sobre miradas

Vos me mirabas

y yo era una frutilla con crema

que así vestida

quería ser,

largamente,

tu frutilla con crema.

Casa San Juan

Vuelvo a anochecer en San Telmo. No había vuelto desde que él -él tan sur, nosotros entre días y calles y noches del sur-, desde que dejamos de sernos mutuamente. Un regreso. Desde acá, diferente.
Por todo el espacio recuerdos, pero re cuerda también, y demasiada cuerda entonces y bien que quedan cuerda y tela por cortar.
Linda noche la de San Telmo. Lindo poder poblarla, disfrutarla nuevamente, distintamente, ya sin panzón.

sábado, agosto 13, 2005

chicha calma

Lo que estoy haciendo:
Escuchando la musique.
Tejiendo.
Tomando mate.
Respirando (uds jodan, pero con lo tapada que está mi nariz es toda una hazaña).
Cantando un poquito.
Mirando por la ventana y al tejido, alternativamente.
Bueno, eso. No quería ocultarles nada.

capacidades

.lo que tiene la computAdira es esta posibislidad de escribir y borrar tantas veced como se quiera.
Esto de aquí arriba fue escrito si mirar el teclado. Bien ahí.
(Cuando estoy así de resfriada y embotada una nube de impunidad me envuelve y me permito toda una serie de cosas transgresoras e interesantísimas.)

viernes, agosto 12, 2005

cualquier verdura

acá se pueden dejar comentarios aleatorios.
me gusta verlos.
yo estoy resfriada y cansadísima.
casi sin dormir por pensar en falso.

jueves, agosto 11, 2005

dos cositas de mi infancia

(evocadas por él en su estanque)
a mi hermana:
-culo de pollo,
cuando fruncía la boquita por el enojo.
a mi hermana, la misma:
-bolitrudi,
como un cariñoso bolas tristes.
ambas le causaban un odio proporcional a mi alegría.
ella no quería mi felicidad.

en mundo-opa de 8 a 14, gente

tremendamente pacata
y tan modosita
ganas de sopapearla
a ver si se despierta de ese mundo adormecido
y se enchastra un poco, che.

maníaca

Cuando uno se encuentra con lo suyo, con lo que le gusta que creo lo más propio.
Ahí, justo ahí, resulta que ya no hay que pedir permiso.
Resulta que el permiso se lo dio uno.

miércoles, agosto 10, 2005

ocurriome (des - dichas)

Hay un libro, no es una obra maestra, no es la 8va de las siete maravillas. No es algo extraordinario. Simplemente me produjo fascinación. Supongo que la identificación jugó su tremebundo papel.
Me encantan su estilo de escritura, su temática, sus personajes, lo que me produjo y me dispara cada vez que lo leo.
Lo compró mi mamá, lo puso en su biblioteca, que entonces era nuestra porque vivíamos juntas. Un día lo agarré. No lo solté más. De hecho, se lo robé, se fue conmigo a la casa que compartí con mi novio y se vino conmigo a esta casa, cuando me separé.
Es un libro que regalé, que presté, que reclamé como nunca hice con otros - nunca tanta insistencia en que me fuera devuelto-.
Está todo escrito con lápiz negro. En los márgenes, historias mías, subrayados enfáticos por las ocurrencias, marcas para recordar pasajes, blá.
Vive en mi mesa de luz, la de la izquierda.
Cuestión que un día, hace unos cuantos, leia lamujerdemivida, revista que a veces está buena, otras no tanto. Leia, y leyendo encontré una nota de la autora de mi libro y un teléfono con la invitación a hacer con ella un taller literario. Nunca había hecho algo parecido, sí lo había pensado pero... pero.
Me animé a procurarme a esta Flor de Interlocutora. Llamé. Hablamos. Nos citamos. En su casa y con los comensales de su grupo de narrativa que ya venían trabajando juntos desde hacía un rato.
Entonces, emociones desbordantes: iba a conocer a mi escritora, iba a ir a su casa (mironear, husmear, llevarme en los ojos todo lo que pudiera de esta mujer que me había generado tantas cosas), iba a escucharla hablar, me daría a conocer. Fa: susto, alegría, ganas, todo junto y yuxtapuesto.
Fui.
La casa, en Monserrat, hermosa: pisos en damero, carpinterías de roble altísimas, banderolas, bibliotecas gigantescas abarrotadas, marido de esos que yo quisiera para mi, lámparas de pie por todos lados. Ella en enterito carpintero, petisita, sonriente, madura.
Me presenté, se presentaron. Yo era una adrenalina. Algunos leyeron, otros criticaron, ella más bien callada. Hasta que habló.
Dios me libre. Casi me muero de la angustia. Justo ese día decidió referirse a mi libro, a mi Irene, a mi Alfredo, a mi Cecilia, a mi Guirnalda. Casi me muero. Resulta que la señora empezó a explicar los personajes. A explicarlos diciendo cómo eran, de dónde venían y, lo juro, lo que ella había querido expresar con su libro y con ellos. Casi me muero. No la excusaba en lo más mínimo que estuviera hablando de la estructura de una novela. Porque se fue de mambo mal mal remal. Ella venía a explicar el sentido último del libro.
Casi me muero. Pero elegí querer matarla.
Me fui, desbordada, chapoteando en ese engrudo de sensaciones.
Con el tiempo me pude ordenar un poco.
Quedé desilusionada con esa tipa de carne y hueso, y feliz con mi libro que no tenía nada, pero nada que ver con aquello de lo que esa señora hablaba.

martes, agosto 09, 2005

comentario para página ajena que terminó acá

Aquí en tu hoja, quizás porque no me conoce nadie, porque me das pie con lo que escribís, o me das mano, aquí porque me siento cómoda para hacerlo y porque aventuro que no te va a molestar.
Aquí digo:
Que tantas ganas de ir despacio, de a poco, con tiempo para degustar, con ganas de degustar, con algún conocimiento porque la vida, con historias pasadas, con algunas que no tanto, con el talante y el juego y la apuesta a que las cosas sucedan. Que de repente siento que hay tiempo. Que me doy maña. Que capacidad para disfrutar no falta. Que planeo un viaje no muy lejano a visitar a mis españoles (españolitos: –húngaros, tanos, franceses y tan porteños- hablo del año próximo, en el calor de allá). Que quiero a mi lugar, amén de su olor a bosta de una vez al año. Que quiero a mis gentes y las disfruto. Que estoy abierta y que pase y que pasen cuando quieran. Que estoy cerrada a lo que no (y abierto/cerrado tan parte de los mismo). Que mi cama grande y, sorpresa, mi miedo chico. Que me dieron muchas bienvenidas cuando me di lugar. Que suena Brad Mehdlau y qué bronca, se rayó la 5. Que tantas cosas en el tintero pero claro estoy escribiendo acá, y algunas cuestiones y reparos. Que muchas veces, en medio de emociones fuertes, un poco teatreras aunque sinceras, le gritaría mis agradecimientos al quetejedi y a otros cuantos. Que me voy a hacer un té calentito. Que soy muy inundable: me toma la tristeza, me toma la alegría. Que llegó la 8: Dear Prudence en una versión maravillosísima. Que sigue, fuerte, intenso, sigue peligrando el otoño.

lunes, agosto 08, 2005

entre dichos

- me gusta un chico, le dije al chico que me gustaba en primer año.
- yo quiero ser tu amigo, me respondió, desbordante de metáforas, durante todo el ciclo lectivo.

viernes, agosto 05, 2005

con un profundo goce

que me atrapa y no me suelta,
agarro la tijera
para cortar un pelo rebeldón...


... y termino esquilada.

jueves, agosto 04, 2005

haciéndome la filos/a/ofa

(Inspirado en un post de Santa Marina (2 mentiras 2) y en una charla telefónica de reciencito nomás, con mi amiga V.)

A ver, en un punto, estructuralmente, todos vivimos en función y a partir de la mirada del otro.
Claro, así es nomás.
Uno va transcurriendo la vida propia, que no tan propia.
Ahí está uno, siempre con sus otros. Llevándolos a cuestas y a todos lados. Poblándolos también, sí.
Uno con sus otros, con las miradas de sus otros.
En ese espacio nunca propio nunca ajeno, siempre compartido, siempre descentrado.
Uno con sus deseos, tan del otro y tan propios también.
Uno va transcurriendo su vida conjuntamente con sus otros, intentando darle un sentido, definiéndola de a porciones.
Agarrándose de taxonomías y sentencias que, aunque represoras y castradoras, prejuiciosas y arbitrarias, absolutamente necesarias para hacer pie, para pararse de alguna manera.
Para tener ventana, anteojos, parapetos desde los cuales mirar, desde los cuales mirarse.
Y también desde los cuales apostarse.
Claro que en medio de este devenir hay lugar (aún si se lo mira desde perspectivas bien disímiles) para la elección.
Para decir un día: - momentito, acá estoy yo, y yo opino esto que no es lo que vos querés que opine, lo que te gustaría que yo opine. O quizás lo sea, o quizás no me importa si lo es o no. Porque así, así opino yo, y esta es mi vida y la vivo como quiero – puedo.
Y yo no sé usté, pero yo, yo cada vez elijo con más convicción rodearme de otros con los que podamos decirnos este tipo de cosas y seguir juntos, no sólo a pesar de ello sino quizás por ello mismo.
(Y si en el camino, debido a estas cantatas, algunos lazos se erosionan, qué se le va a hacer, es parte ineludible y necesaria de la cosa).

misceláneas

ayer el sol y yo caminando por la calle: linda pareja.
mi casa: no se puede creer el quilombo en el que estoy viviendo. lo mejor es que no molesta.
amo y odio el silencio.
lo amo cuando es buscado. cargado de sentidos, o despojado de todo.
lo odio cuando viene a imponerse y a dejarme callada y muda.
la palabra en la garganta, atragantada.
lo no dicho.
lo no dicho duele, con fuerza bruta.
queda algo muy amargo por no dicho.
a su vez, lo no dicho puede encantar, seducir, invitar.
pocas cosas me apaciguan tanto como degustar que hay tiempo.
pocas cosas me dejan tan malparada, tan desaupciada y descuajeringada como saber, intuir o fantasear con que se acaba: time´s out.
quedar fuera de tiempo. como quedar fuera de lugar. como cuando se va el tren y -ohhhhhhh, querida, ya está, se te fue, se te fue nomás.
Agh.

miércoles, agosto 03, 2005

dijo pizarnik (y me gusta tanto)

En la mano que busca el vaso.
En el vaso inalcanzable.
En la sed de siempre.

mientras tanto, orquestando...

Estoy con mucha avidez en este último tiempo que viene siendo desde hace ya un rato. A veces, la avidez se transforma en ansiedad, mmmmm y ahí no tan bien porque se aparecen las famosas preguntas-trampa, esas incontestables, inconducentes, o más bien conducentes hacia el regodeo del no saber qué contestar YA y ESPECÍFICAMENTE (que hinchapelotez la exigencia de especificidad y urgencia, me gusto tanto más de mandíbula flojita...).
Amablemente mirada, esa avidez encanta. Aparece como disposición y talante para que la cosa suceda. Un gustito placentero. Un protagonismo, viste? Eso de calzar las plumas en medio del escenario pero también de hacerse cargo, un poquito, de lo que uno va gestando.
Me convoca y me interpela muy de cerca -en este último tiempo que viene siendo desde hace ya un rato- esto del hacerse cargo de lo que se hace con aquello que ha tocado en suerte. La parte de la sonata que se subraya, a la que se le da un toquecito más de intensidad. Esa en que se aprieta más la tecla, o se pone más el ojo. Vengo, como quien dice, atenti a la partitura y a su puesta en escena.

martes, agosto 02, 2005

berp

Ya lo sé,
la vida se emperra,
en el momento más pintado
se manda un erupto...

lunes, agosto 01, 2005

ay

por qué tan presente
el recuerdo
todo escindido y fragmentado
y sin embargo
tan fuerte tan todo
tan de a partes
girones
y ay, yo,
tan triste.

repiquetea

la noche que fuimos a ver Extraño
y a comer a ese lugarcito perdido de San Telmo
y tan nosotros
y tanto que desbordaba
y el bienestar recorriéndome todo el cuerpo
y se terminó
y cuánta tristeza este fin de semana.

Free counters
Free counters